lunes, 17 de mayo de 2010

Una mañana como cualquier otra


Una mañana como cualquier otra entre el jaleo que forma la gente con sus cnversaciones banales acerca de nada y acerca de todo, y tu, en una esquinita con tu portatil y tu cafe, el que te da energía para el comienzo del día.
Entre la gente encuentras muchas caras conocidas, otras que no has visto nunca pero todas y cada una de ellas relajadas, esperando a por esa dosis de energía o ya disfrutando de ella, y dejando sus preocupaciones, sus agendas, y sus obligaciones fuera, atadas a culaquier poste, para recogerlas cuando salgan.
Y tu, en una posicion estrategica, para observarles a todos, y ser capaz de mirarles sin verles y dejarte perder entre el murmullo y la musica de fondo, pensando que tu no haces eso y llegando al fin a la conclusion de que eres = y te comportas como ellos, dejando tus movidas en la puerta y ellas esperando ansiosas que las recogas a la salida, pero esto no influye para que no disfrutes cada dia de tu gente, de tu cafe, del murmullo y de librarte de las cargas al menos durante un ratito.

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